domingo, 30 de mayo de 2010

Día del Árbol

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El pasado 30 de Mayo se celebró el Día del árbol
Nuestra amiga Jeannette Nouel de la Organización Audubon resume el significado de esta fecha:

El último domingo de mayo celebramos en Venezuela el Día Nacional del Árbol, ese fiel y silencioso compañero que nos brinda decenas de beneficios, y que pese a ello, muchas veces maltratamos y subvaloramos. Hay árboles de todos los tamaños, formas y colores, pero con una característica común: purifican el aire que respiramos al producir el oxígeno y fijar el carbono atmosférico. Son un regalo de la naturaleza frente a los crecientes problemas ambientales de nuestro planeta, incluyendo al efecto invernadero.

Los árboles han sido testigos incondicionales de nuestra cultura e historia. Entre ellos, cabe destacar:
  • la Ceiba de San Francisco, en medio de la Avenida Universidad, frente a la iglesia del mismo nombre;
  • el Samán de Catuche, cerca del Panteón Nacional, que cobijó a Andrés Bello en sus años estudiantiles;
  • y el famoso Samán de Güere, el más conocido de todos, bajo cuya sombra bailaban nuestros indígenas, clamando por la lluvia en los tiempos de sequía, y donde se sentó a descansar El Libertador.
Pese a ello, muchos árboles son podados en forma severa porque impiden ver la fachada de una edificación o destacar un aviso publicitario; son clavados como si se tratara de paredes listas para anunciar productos, pintados supuestamente para adornar el paisaje y hasta cortados impunemente, "porque impiden el desarrollo de una obra o infraestructura".

Si nos detuviéramos a conocer los múltiples beneficios que nos brindan los árboles, quizá detendríamos nuestras agresiones y fomentaríamos su desarrollo y conservación. Si cada uno de los habitantes de este país nos comprometiéramos a plantar un árbol cerca de nuestras casas, escuelas o lugares de trabajo, comprometiéndonos a velar por su cuidado y conservación, estaríamos garantizando al menos 20 millones de nuevos árboles que tanta falta le hacen a nuestro país. Pero eso sí, en los lugares apropiados y con las especies adecuadas.

Por qué se celebra el último domingo de mayo el Día del Árbol en Venezuela

Originalmente, la Fiesta del Árbol se celebraba con carácter de obligatoriedad en todas las escuelas del país, el 23 de mayo, de acuerdo con el decreto de Cipriano Castro, del 10 de abril de 1905.
En 1909 se trasladó la fecha al 15 de mayo.
El 29 de mayo de 1948 por decreto se declaró al Araguaney como Árbol Nacional; es por ello que en esa misma fecha se proclamó el Día del Árbol.
El 19 de mayo de 1951, el Ministerio de Educación, por razones prácticas, emitió una resolución en la que dispuso celebrar la Semana del Árbol, tomando como Día del Árbol el último domingo del mes de mayo.



Himno al Árbol

Coro

Al árbol debemos solícito amor jamás olvidemos que es obra de Dios. (Bis)

I

El árbol da sombra, como el cielo fe con flores alfombras su sólido pie sus ramas frondosas aquí extenderá y frutos y rosas a todos dará

II

Él es tan fecundo rico sin igual que sin el mundo sería un erial no tendría palacios el hombre ni hogar ni aves los espacios ni velas el mar

III

Ni santuario digno para la oración ni el augusto signo de la redención no existirían flores ni incendio ni unción ni suaves olores que ofrendar a Dios Letra: Alfredo Pietri Música: Miguel Ángel Granados.




El Araguaney

(Tabebuia chrysantha): Árbol Nacional de Venezuela

Con la hermosa frase "La primavera de oro de los araguaneyes" identificaba Rómulo Gallegos la llegada de la primavera en los llanos y sabanas de Venezuela. Y es que, «en el período de la floración todo el campo, todos los caminos toda la geografía patria parece rendir pleitesía a la belleza de este árbol que luce en el bosque, a lo largo de nuestros caminos, en el interior de nuestras viviendas, como una diadema de oro. Es que el Araguaney se hizo emblema del pueblo venezolano». El Araguaney es un árbol autóctono.

Esta impresionante planta de la familia de las Bignoneáceas, ha sido decretada como el árbol emblemático de Venezuela. Es conocido con los nombres de Acapro, Curarí, Araguán o Cañada, Flor Amarilla y Puy.

Su nombre científico es Tabebuia chrysantha.

Tabebuia es de origen indígena (Caribe) y describe a varias especies del Género Tabebuia, del cual chrisantha es la especie emblema, vocablo proveniente del griego que significa voz de oro.

Así, el araguaney es la "voz de oro" que representa la flora venezolana.

Es un árbol de mediano tamaño, su altura oscila entre 6 y 12 metros; su tronco es recto, cilíndrico y de unos 60 centímetros de diámetro. Puede crecer derecho o torcido, en bosques de ambientes secos, en bordes de sabanas, valles o lomas áridas, hasta alturas de 1.200 metros.

Es un árbol de madera dura, compacta, de peso específico entre 1,25 y 1,50. Está entre las más duras del trópico americano, ya que si se lanza al agua un pedazo, éste se hunde como una roca. Se ha usado para postes y también como durmientes para los rieles de los ferrocarriles.

Se distingue por una floración masiva, que se presenta fulgurante luego de botar sus hojas por la sequía. La floración se presenta durante los meses de febrero a abril, cuando está totalmente desprovisto de hojas. Todos los individuos del área florecen sincronizadamente, unos cuatro días después de una de las escasas lluvias que nos sorprenden en medio de la sequía. La floración masiva es muy atractiva para las distintas abejas que las polinizan y para los tucusitos y otros pájaros que le roban el néctar. Las semillas están maduras al comenzar las lluvias, lo que permite la germinación en un gran número de semillas.



Los Árboles Emblemáticos de Venezuela


De acuerdo con el Biólogo Jesús Hoyos (Director de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle), los siguientes árboles simbolizan y representan a diversas regiones de nuestro país:


Araguaney (Tabebuia chrysantha), Árbol Nacional de Venezuela.


Cereipo (Myrospermum frutescens), Anzoátegui


Samán (Pithecellobium saman), Aragua


Merecure (Licania pyrifolia), Apure


Cedro (Cedrela odorata), Barinas


Sarrapia (Dipteryx punctata), Bolívar


Camoruco (Sterculia apetala), Carabobo


Apamate (Tabebuia rosea), Cojedes


Cují-Yaque (Prosopis juliflora), Falcón


Palma Llanera (Copernicia tectorum), Guárico


Semeruco (Malpighia glabra), Lara


Bucare Ceibo (Erythrina poeppigiana), Mérida


Roso Blanco (Brownea leucantha), Miranda


Palma de Moriche (Mauritia flexuosa), Monagas


Guayacán (Guaiacum officinale), Nueva Esparta


Caoba (Swietenia macrophylla), Portuguesa


Roble (Platymiscium diadelphum), SucrePino Criollo (Prummopitys montana), Táchira


Bucare Anauco (Erythrina fusca), Trujillo


Chaguaramo (Roystonea venezuelana), Yaracuy


Cocotero (Cocos nucifera), Zulia


Caucho Hevea (Hevea benthamiana), Amazonas


Mangle Rojo (Rhisophora mangle), Delta Amacuro


Ceiba (Ceiba pentandra), Distrito Federal


~ ° ~


El Árbol es quien es

Los árboles han sido para mí los predicadores más eficaces .

Los respeto cuando viven entre pueblos y familias, en bosques y florestas.Y todavía los respeto más cuando están aislados. Son los solitarios. No como ermitaños, que se han aislado a causa de alguna debilidad,sino como hombres grandes en su soledad, como Beethoven o Nietzsche. En sus copas susurra el mundo, sus raíces descansan en lo infinito, pero no se pierden en él, sino que persiguen con toda la fuerza de su existencia una sola cosa: cumplir con su propia ley, que reside en ellos, desarrollar su propia forma, representándose a sí mismos.

Los árboles son santuarios; quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharlos aprende una verdad. No predican doctrinas ni recetas: predican, indiferentes al detalle, la ley primitiva de la vida.Un árbol dice: "En mí se oculta un núcleo, una chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna".

Otro árbol dice: "Mi fuerza es la confianza. No sé nada de mis padres, no sé nada de los miles de retoños que todos los años provienen de mí. Vivo hasta el fin el secreto de mi semilla.

No tengo otra preocupación. Confío en que mi tarea es sagrada, y vivo de esa confianza".

"Los árboles son santuarios; quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharlos, aprende una verdad".

Un árbol dice: "En mí se oculta un núcleo, una chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna". (Hermann Hesse).

"Quien ha aprendido a escuchar a los árboles ya no desea ser un árbol, no desea ser más que lo que es". Hermann Hesse.



El valor de los árboles

* Absorben el dióxido de carbono, que es transformado en diversas substancias nutritivas para la misma planta y el resto de los seres vivos, conformando la biomasa de nuestro planeta.

* Liberan oxígeno como el principal producto de la fotosíntesis.

* Purifican el aire y contribuyen a la reducción del calentamiento global de la tierra.

* Proveen sombra en lugares de alta exposición solar.

* Con el crecimiento de sus raíces, airean la tierra, contribuyendo al mejoramiento de la textura y estructura del suelo.

* Desempeñan una función vital en la regulación de los ciclos climáticos e hidrológicos.

* Sirven de alimento y refugio a multitud de seres vivos, incluyendo a los seres humanos, iniciando así las innumerables cadenas alimenticias.

* Fuente de madera para la artesanía y la construcción.

* Dependiendo de la especie, proveen frutas para alimento y diferentes materias primas para la elaboración de productos como caucho, corcho, tinturas, fibras y telas, aceites y medicamentos.

* El látex se utiliza para fabricar neumáticos, tubos, prendas de vestir, goma y cola.

* Símbolo de culturas y civilizaciones.

* Atractivo para el turismo y la recreación.



Fuentes:
http://www.aldeaeducativa.com/

http://www.vitalis.net/actualidad56.htm

http://es.geocities.com/venezolanosenvalencia/Venezuela_2_800.htm#Arbol%20Nacional:%20El%20Araguaney%20(Tabebuia%20chrysantha)

Yo lo tomé de http://barquisimeto.intercable.net.ve/riotocuyo1/Reflexion/04-05-30%20Dia%20Nacional%20del%20Arbol.htm


(Porque sin árboles no hay pajaritos...) Los árboles son santuarios; quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharlos, aprende una verdad. Un árbol dice: "En mí se oculta un núcleo, una chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna". (Hermann Hesse).
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