viernes, 6 de agosto de 2010

Uvas Wine Bar dice "Hasta luego"



El pasado 30 de julio cerró al público Uvas Wine Bar.

Poema "Mudanza" del poeta y ensayista Fabio Morábito, fue la más idónea ilustración sentimental en la invitación especial, que recibimos sus clientes asiduos y amigos, para asistir el pasado miércoles 04 de agosto a la despedida, solo de sus actuales instalaciones, y como marco a una rueda de prensa, extendida a los blogueros, para anunciar formalmente la mudanza de Uvas Wine Bar, estupendo refugio del vino en Caracas, lo que implica un cierre temporal del local alquilado en la quinta Caribia de Los Palos Grandes.

Están buscando un nuevo lugar y por supuesto todos queremos que sea el más idóneo, para que cubran los requerimientos de ubicación, estacionamiento, amplitud, pues las cualidades internas de acogedor templo dedicado a los descendientes de Baco, se cumplirán donde quiera que se muden sus dueños y sus clientes con ellos, basados en un extraordinario concepto, un plan que desarrollaron hace casi seis (6) años con mucho tino, trabajo de hormiguitas y un savoir affair que caracteriza a nuestros amigos Carlos y Leticia que integran el clan directivo.
Estamos todos ganados a la busqueda del lugar, no puedo evitar pasar por Los Palos Grandes o La Castellana y divisar si hay algún lugar sin oficio aparente y del que pueda pasarles el dato, creo que mientras más pronto mejor o comenzaremos los enófilos a sentirnos "homeless", en Uvas Wine Bar nos sentíamos como en casa.
Uvas Wine Bar promete reaparacer, no nos abandonan. No puedo evitar inquietarme cuando vivimos tantos cambios por diversas razones, cambios de ramo, cambios económicos, cambios de alquileres a cifras astronómicas, cambios de dueños, algunas emigran y otros desertando, en fin, los cambios incomodan, pero pueden ser muy buenos, a todo hay que sacarle brillo y su lado bueno.

Mientras haya vino y entusiastas del vino habrá un Uvas Wine Bar cada vez que nos reunamos en la espera de su nueva locación.

Poema "Mudanza" de Fabio Morábito
A fuerza de mudarme
he aprendido a no pegar
los muebles a los muros,
a no clavar muy hondo,
a atornillar sólo lo justo.
He aprendido a respetar las huellas
de los viejos inquilinos:
un clavo, una moldura,
una pequeña ménsula,
que dejó en su lugar
aunque me estorben.
Algunas manchas las heredo
sin limpiarlas,
entro en la nueva casa
tratando de entender,
es más,
viendo por dónde habré de irme.
Dejo que la mudanza
se disuelva como una fiebre,
como una costra que se cae,
no quiero hacer ruido.
Porque los viejos inquilinos
nunca mueren.
Cuando nos vamos,
cuando dejamos otra vez
los muros como los tuvimos,
siempre queda algún clavo de ellos
en un rincón
o un estropicio
que no supimos resolver.
Fabio Morábito
Para conocer de Uvas Wine Bar por dentro, mira este video


Fabio Morábito nació en Alejandría, Egipto, el 21 de febrero de 1955. De padres italianos, pasó su infancia en Milán, para instalarse finalmente en México. Escribe poesía (Lotes baldíos, De lunes todo el año, obra por la que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1992, y Alguien de lava), relatos (La lenta furia, La vida ordenada y Grieta de fatiga, compendio por el que fue galardonado con el Premio Antonin Artaud de Narrativa en 2006) y novela (Caja de herramientas). También cultiva el ensayo y la literatura infantil (Cuando las panteras no eran negras, que consiguió el Premio White Raven en 1997). También es traductor de italiano, y ha traducido la obra poética completa de Eugenio Montale y el Aminto de Torquato Tasso, entre otras muchas obras poéticas y en prosa.
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