- Yo lo sé, lo reconozco, pero no me viene el nombre a la mente!!!
- Lo tengo en la punta de la lengua, ya va, lo olí antes.
- ¡Chicos no hablen en voz en alta, no se copien!!!.
- Me huele a Navidad.. A colegio.. Me recuerda al closet de mi tía...
Alegría, sorpresa o certeza, al reconocer aromas que están en nuestra mente sin nombre y que este día aprendimos a compaginar, entrenando el olfato de entusiastas del vino con la Sommelier Maya García, ayer jueves 8 de julio 2010.
Nos enseñó que de ahora en adelante, tomemos cada cosa olfateandola, digamos su nombre en voz alta. Así es como funciona el cerebro, para ello reconocimos olores en las esencias de muestra de Le Nez du Vin o de las frutas, vegetales, flores, especias y demas recursos que tuvimos a disposición para hacer los ejercicios por casi 3 horas.
Una nota muy especial marcada por el Sommelier Julio Gómez quien también es Diseñador Floral y nos trajo hierbas, tallos y flores exóticas que concentran sustancias que podemos oler en vinos blancos y tintos.
Sorpresa:
Cuando tuvimos el champignon cortado y colocado en una copa de cata, olimos teniendo los ojos tapados y nos olía a pescado al 91% del grupo, pero apenas un 9% acertó que era champignon, lo que con ojos abiertos no habría tenido duda. Por eso entrenamos, no podemos seguir oliendo por los ojos o apoyados en otro sentido distinto a la naríz.
Aprendimos técnicas para captar aromas y olores, identificar y guardar en nuestra memoria, allí tiene un ilimitado espacio de archivo y poder reconocerlo en las comidas y bebidas, disfrutando ampliamente con todos los sentidos.
Parece mentira que algo automático y simple diera tanta alegría cuando se identifica un olor acertadamente, mientras antes no importaba, ahora es imprescindible si queremos saber de vinos, tés, etc. Por ejemplo me entristecía que después de más de 30 años cocinando, haya tenido en mis manos un frasquito con esencia de pimentón y no lo reconociera. Hay tarea pendiente!!!.
Cuando éramos más niñas que ahora, las madres decían que era de mala educación oler del plato a comer y era un gesto de rebeldía a la carta del hogar. Ahora regreso a olerlo todo, lo nombro para que el cerebro oiga y archive.
Sí, hay técnicas para oler y algunos detalles a contemplar: el olor previo en las manos, en el envase, empaque, utensilio, nariz seca o húmeda en exceso, estar perfumados o no, los jabones olorosos o cremas para manos, el labial y otros maquillajes, el olor del entorno. Por eso nos han creado copas hondas de cata que colocas entre la frente y sobre los labios, y la nariz entra completa sin pena, no es incorrecto, la nariz necesita espacio y aislar otros olores.
Y para cerrar la cata con broche de oro brindamos con un bivarietal australiano de lujo: cabernet sauvignon + shiraz, es el Mountain Blue de Rosemount Estate, cosecha 2001.
Sorpresa:
Cuando tuvimos el champignon cortado y colocado en una copa de cata, olimos teniendo los ojos tapados y nos olía a pescado al 91% del grupo, pero apenas un 9% acertó que era champignon, lo que con ojos abiertos no habría tenido duda. Por eso entrenamos, no podemos seguir oliendo por los ojos o apoyados en otro sentido distinto a la naríz.
Aprendimos técnicas para captar aromas y olores, identificar y guardar en nuestra memoria, allí tiene un ilimitado espacio de archivo y poder reconocerlo en las comidas y bebidas, disfrutando ampliamente con todos los sentidos.
Parece mentira que algo automático y simple diera tanta alegría cuando se identifica un olor acertadamente, mientras antes no importaba, ahora es imprescindible si queremos saber de vinos, tés, etc. Por ejemplo me entristecía que después de más de 30 años cocinando, haya tenido en mis manos un frasquito con esencia de pimentón y no lo reconociera. Hay tarea pendiente!!!.
Cuando éramos más niñas que ahora, las madres decían que era de mala educación oler del plato a comer y era un gesto de rebeldía a la carta del hogar. Ahora regreso a olerlo todo, lo nombro para que el cerebro oiga y archive.
Sí, hay técnicas para oler y algunos detalles a contemplar: el olor previo en las manos, en el envase, empaque, utensilio, nariz seca o húmeda en exceso, estar perfumados o no, los jabones olorosos o cremas para manos, el labial y otros maquillajes, el olor del entorno. Por eso nos han creado copas hondas de cata que colocas entre la frente y sobre los labios, y la nariz entra completa sin pena, no es incorrecto, la nariz necesita espacio y aislar otros olores.
Y para cerrar la cata con broche de oro brindamos con un bivarietal australiano de lujo: cabernet sauvignon + shiraz, es el Mountain Blue de Rosemount Estate, cosecha 2001.
Algunos tips técnico - biológicos:
El olfato tiene una sensibilidad extraordinaria, ya que se precisa poca concentración de sustancias olorosas por cada litro de aire para poder percibir la sensación. Es la percepción que llega más rápido al cerebro y sirve de alerta al peligro, tanto como mecanismo de defensa, así como de disfrute.
Podemos distinguir entre unos 3.000 olores distintos. Esto hace que el olfato sea un sentido previo al gusto, incluso nos da indicaciones sobre si un alimento es comestible, y además es complementario del gusto de los alimentos. Los sabores son una combinación de sensaciones olfativas y de las papilas gustativas.
Tanto el olfato como el gusto son sentidos químicos, es decir, son capaces de analizar la estructura de las moléculas. Es una de nuestras funciones más primitivas, y en las cavernas seleccionaban a la pareja por su olor (no ha cambiado mucho =°).
Cuando percibimos un olor durante un período muy largo de tiempo, se produce una fatiga del sentido del olfato, la sensación se hace menos intensa y puede llegar a desaparecer como defensa. Ello sucede tanto con los olores agradables como con los desagradables. Es lo que definen como: "te acostumbras al olor".
El olfato es un sentido a distancia, no precisa un contacto directo con el objeto, analiza las moléculas más volátiles que se desprenden, por eso debemos oler primero el líquido en una copa quieta, identificar, luego agitar la copa para obtener los segundos aromas o definir su bouquet.
El olfato tiene una sensibilidad extraordinaria, ya que se precisa poca concentración de sustancias olorosas por cada litro de aire para poder percibir la sensación. Es la percepción que llega más rápido al cerebro y sirve de alerta al peligro, tanto como mecanismo de defensa, así como de disfrute.
Podemos distinguir entre unos 3.000 olores distintos. Esto hace que el olfato sea un sentido previo al gusto, incluso nos da indicaciones sobre si un alimento es comestible, y además es complementario del gusto de los alimentos. Los sabores son una combinación de sensaciones olfativas y de las papilas gustativas.
Tanto el olfato como el gusto son sentidos químicos, es decir, son capaces de analizar la estructura de las moléculas. Es una de nuestras funciones más primitivas, y en las cavernas seleccionaban a la pareja por su olor (no ha cambiado mucho =°).
Cuando percibimos un olor durante un período muy largo de tiempo, se produce una fatiga del sentido del olfato, la sensación se hace menos intensa y puede llegar a desaparecer como defensa. Ello sucede tanto con los olores agradables como con los desagradables. Es lo que definen como: "te acostumbras al olor".
El olfato es un sentido a distancia, no precisa un contacto directo con el objeto, analiza las moléculas más volátiles que se desprenden, por eso debemos oler primero el líquido en una copa quieta, identificar, luego agitar la copa para obtener los segundos aromas o definir su bouquet.
El gusto, por el contrario, sí precisa este contacto y es menos refinado, nos proporciona sólo cuatro (4) tipos de sensaciones: dulce, salado, ácido, amargo.
Bibliografía:
Un trabajo bien interesante sobre la naríz podemos consultar del Dr. Armando González R.
Catar es un integración de la vista, el olfato y el gusto.Y hasta el oído participa cuando decimos #chinchin
Un trabajo bien interesante sobre la naríz podemos consultar del Dr. Armando González R.
Catar es un integración de la vista, el olfato y el gusto.Y hasta el oído participa cuando decimos #chinchin
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que maravilloso, no me habria imaginado que se entrenara la nariz, pero es logico en el mundo del vino.
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ResponderEliminarFue genial de verDAD,una velada extraordinaria y Ojo no toquen los frasquitos que los contaminan, verdad mayita :)
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